¿Sientes que tu día está lleno de infinidad de obligaciones que no puedes cumplir por las constantes interrupciones? ¿O que tu lista de tareas no para de crecer y crecer y no tiene fin? Si ya te bloqueas sólo de pensar en ello, imagínate lo que debería sentir el presidente de la “nación más importante del planeta”.
Barack Obama trabaja con cientos de asistentes y colaboradores en su día a día en situaciones que marcan la diferencia entre la vida y la muerte; sabe muy bien lo qué es trabajar bajo presión. Y aunque trabaja de manera muy intensa, siempre dispone de tiempo para lo que él considera más importante en su vida: su familia y su salud. ¿Cómo lo consigue?
El éxito de Obama
Hará unos años, Michael Lewis (periodista estadounidense) tuvo la oportunidad de compartir su día a día con la persona más importante y ocupada del planeta y descubrió la clave de su éxito: sus rutinas diarias.
A lo largo del día Obama ejecuta una serie de rutinas que le ayudan a cumplir con sus tareas de manera efectiva, equilibrada e inteligente. Para conseguirlo aplica el conocimiento de sí mismo. Sabe que a primera hora le cuesta más arrancar por lo que deja las tareas que requieren mayor concentración para el momento propicio más avanzado el día.
Un día típico para mi es: hacer deporte por la mañana, ir a la oficina alrededor de las ocho y media o las nueve, trabajar hasta las seis y media, cenar con mi familia, pasar tiempo con las niñas y ponerlas a la cama alrededor de las nueve. Después leo algunos documentos, escribo o proceso algo de papeleo hasta las once y media. Entonces leo durante otra media hora antes de ir a la cama a media noche.
Barack Obama
De sus palabras se puede extraer que el presidente de EE.UU. reserva un espacio de su día a día para llevar a cabo sus tres grandes prioridades.
- Tiempo para deporte. Obama sabe que el deporte es parte fundamental para un buen funcionamiento de nuestro cerebro y es por eso que dedica 45 minutos cada día a hacer pesas o ejercicios de cardio, además de jugar algún partido de básquet ocasionalmente.
- Tiempo para su familia. Dentro de su apretada agenda reserva el desayuno y la cena para su familia, pues es lo más importante para él. Son compromisos inamovibles en los que lo más importante no es el presidente del país sino su esposa e hijas.
- Tiempo para la reflexión. Al final del día cuenta con un rato para reflexionar y planificar los próximos días. Es en este momento en qué Obama se dedica a realizar aquellas tareas que requieren de un elevado nivel de concentración e interrupciones mínimas (escribir un discurso, revisar documentos…)
Las reglas que sigue Barack Obama
Para cumplir con su día a día el presidente de Estados Unidos se rige por las siguientes reglas.
- Planifica el día la noche anterior. Para evitar que el toro lo pille por los cuernos dedica parte de su tiempo de reflexión a pensar en las tareas que se planificará para el día siguiente y así empieza el día con calma.
- Limita sus decisiones intrascendentes. Todos sabemos que tomar cualquier decisión por pequeña que sea requiere de un gran gasto energético, es por eso que Obama suprime las pequeñas decisiones y sólo se centra en aquellas que son más importantes. Según Ryan Lizza (New York Times), sus colaboradores y asistentes le presentan sus propuestas con tres casillas: “de acuerdo”, “en desacuerdo” o “vamos a discutirlo”.
- Evita a sus críticos. Ser el presidente del país más importante del mundo acarrea ser analizado hasta el más mínimo detalle y recibir muchas, es por eso que se aísla de todas las voces que hablan de él y hace lo que considera oportuno.
- Hace ejercicio. Como ya hemos visto en su “horario” diario dedica unos minutos del día (mayoritariamente a primera hora) a realizar algún tipo de deporte, una de sus rutinas más importantes pues siente que si no hace ejercicio su día no será productivo.
- Su tiempo personal es sagrado. Independientemente de la tensión del día, esos momentos de calma personal son sagrados y se tienen que respetar.
Obama se vale de estas reglas para conseguir que su día a día sea lo más productivo posible además de utilizar los momentos en qué recibe menos interrupciones para realizar sus actividades más importantes. ¿Y tú, ya tienes ritual para tus actividades más importantes?
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